martes, 3 de mayo de 2011

El eurorrescate, ¿una ayuda o un callejón sin salida?

¿A quién sirve en realidad el rescate económico de los países endeudados? En teoría debería ayudar al país que ha recibido el rescate a salir de la crisis. Sin embargo hay algunos factores que, lejos de beneficiar al país en cuestión, agudizan su crisis hasta convertir el eurorrescate en un callejón sin salida.





Supuestamente, el rescate consiste en que, ante la desconfianza de los mercados hacia un país, la Unión Europea considera que el endeudamiento concreto de ese Estado, como consecuencia de que ha gastado más de lo que podría, no es asumible e impone al país en cuestión una serie de medidas de recorte para que ahorre y al mismo tiempo le deja dinero para que pueda recuperarse.





A medio plazo y, supuestamente, lo lógico sería que tras el rescate se recuperara la confianza del país y los intereses de la deuda no continuasen creciendo, y que empezaran a disminuir hasta que fuera más barato para el país saldar la deuda. Al mismo tiempo, al reducir el gasto que antes tenía, la recuperación estaría más o menos garantizada.





Tres barreras para la recuperación





Sin embargo, ese rescate, ese préstamo para que el país endeudado salga de la crisis, no es a coste cero, sino que los elevados intereses y las duras condiciones del mismo se convierten en una primera barrera para despegar. Grecia, Irlanda y Portugal, los tres países intervenidos hasta ahora, lo están viviendo en carne propia.



De hecho, el país llega a pagar unos intereses tan altos por su deuda que hace inviable el poder afrontar esa situación. La deuda crecerá sólo pagando intereses y esto hará que cada vez sea más difícil encontrar un nuevo crédito, con lo que la situación se convierte en una bola de nieve.

Un segundo problema es que, al tener que hacer tantos ajustes para poder ahorrar, el país produce menos e ingresa menos dinero. Al poder gastar menos el Estado para hacer recortes el PIB cae. Y este hecho reduce la capacidad de reducir la deuda.

Si observamos por ejemplo el caso español, otro país que aún está en el punto de mira del rescate, de cada 10 euros que se gastan, 4 ó 4,5 los gasta el Estado y el resto la propia sociedad.

Un tercer factor tiene que ver con que el coste de los productos en el mercado es el mismo o ha aumentado, y las deudas de estos países no se han reducido, sino que, como en el caso de Grecia, incluso han aumentado. De esta manera, el país se empobrece aceleradamente sin posibilidades de recuperarse.

El caso de Grecia

Grecia se encuentra precisamente en esa situación de ahogo ‘gracias’ al eurorrescate. Su deuda llegará al 158% del PIB en 2013 y el Estado sigue sin poder acudir al mercado, porque los inversores exigen por sus bonos intereses aún más altos que cuando el país recibió el rescate de sus vecinos en mayo del 2010.

De hecho, cuando se acaben los créditos de 110.000 millones en dos años, Grecia se volverá a encontrar con una situación difícilmente sostenible y más dinero que devolver.

Además, debido al programa de recorte del gasto, el país ha entrado en recesión, ya que el rescate lleva a más ajustes y esos ajustes significan más recesión y menos dinero para el Estado. Y otro tanto sucede o sucederá con Irlanda y Portugal, ambos en declive.

Volviendo a Grecia, el partido del primer ministro, el socialista George Papandreu, se ha rebelado contra un trato que, al año de su aplicación, apenas ha dado frutos tangibles, ya que se trata de “un círculo vicioso” del que es muy difícil salir.


Fuente : http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=19858&id_seccion=7

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